Norma Andreu Martínez, acumula 19 años como integrante de ese colectivo, de los 40 que en total lleva en el magisterio.
Tal es su pasión por el trabajo que realiza, que a partir de su jubilación el pasado año, decidió reincorporarse y ahí se encuentra en su aula, con niños con discapacidad leve y moderada.
"Ser docente en una escuela de este tipo requiere amor, dedicación, paciencia y sobre todo susceptibilidad," comenta Norma al referirse a su cotidiano quehacer con los niños.
"Ella es una niña que sostiene comunicación con los demás estudiantes, sin embargo, se mantiene todo el tiempo que permanece en el aula en silencio pues no se logra que sostenga un intercambio con los maestros", manifiesta.
El colectivo en general es una gran familia, desde la directora Midiala González, que permanece atenta a cada detalle. "Ellos requieren de una esmerada atención en todos los sentidos, y nosotros nos esforzamos porque todos reciban el calor que necesitan". apunta la directora.